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El cubismo al alcance de todos.

Por Teodelina Basavilbaso.
"El MET enriqueció su colección de arte de principios del siglo XX."
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The Lauder residence, New York 2014. © 2014 Artists Rights Society (ARS), New York /
ADAGP, Paris © 2014 Estate of Pablo Picasso / Artists Rights Society (ARS), New York

En una de las paredes y arriba de uno de los sillones del living del hogar de la familia Lauder, ubicado en Nueva York, hay varias pinturas colgadas muy cerca una de otra. Son obras de Pablo Picasso y Georges Braque. En total son ocho. Las pinturas pertenecen al movimiento cubista que se originó en Francia entre los años 1907 y 1911. Esta imagen muestra que la familia Lauder tenía obras millonarias y de un valor artístico excepcional a puertas cerradas en su cálida mansión familiar. La foto que nos permite explorar las pinturas, los sillones y otros objetos de arte de esta casa fue tomada este año. En ese mismo living, sobre otra de las paredes, hay dos cuadros del artista Fernand Léger: Casas bajo los árboles y Composición (El tipógrafo).
En total, Leonard Lauder contaba con setenta y ocho pinturas, collages, dibujos y esculturas de cuatro grandes artistas cubistas: Georges Braque (1882–1963), Juan Gris (1887–1927), Fernand Léger (1881–1955) y Pablo Picasso (1881–1973).
Pero esta foto ya no es actual. Los cuadros no están más en las paredes de esa mansión. Leonard Lauder donó su colección completa, valuada en más de miles de millones de dólares al Museo Metropolitano de Arte (Metropolitan Museum of Art, MET). De esta forma, obras cubistas claves que se mantuvieron alejadas del ojo público y del circuito de los museos se exponen en el MET por primera vez hasta el 16 de febrero de 2015. Luego, esa colección circulará por otros museos en forma de préstamo.
Lauder describe la experiencia de vivir entre esas pinturas de esta forma: “Yo llegaba a casa, después de la cena, y muy a menudo, entraba a la sala de estar y simplemente me acomodaba en algún lugar”. Siempre se sentaba en un sitio distinto, y su elección dependía del punto de vista deseado para observar una determinada pintura.  Él cuenta que nunca se cansaba de mirar sus cuadros.
Lauder compró sus primeras obras cubistas en 1976. Su adquisición inicial fue un par de cuadros de Fernand Léger. En esos años existían muchas obras de este movimiento artístico disponibles ya nadie las quería, según cuenta Lauder (cuya fortuna proviene de Estée Lauder, la empresa cosmética de su familia). Además, dice que eran relativamente baratas ya que estaba de moda el arte impresionista y posimpresionista.
Este filántropo cuenta que estudió, viajó, compró y se desprendió de obras cubistas durante más de cuarenta años en pos de moldear una colección armónica. En su mente ya se perfilaba la idea de donar en algún momento su colección completa a un museo para que estuviera al alcance de todos.
Gracias a la donación de Leonard Lauder, el MET enriqueció su colección de arte de principios del siglo XX. Es que el atractivo de muchos museos depende en gran parte de actos generosos de este tipo. Sin irnos muy lejos, a dos cuadras del MET, está la Neue Galerie, que fue fundada en 2001 por su hermano, Ronald Lauder. Este museo que está dedicado al arte de Alemania y Australia cuenta entre otras cosas con el Retrato de Adele Bloch-Bauer I (1907), del artista Gustav Klimt, adquirido por Ronald en el 2006.
También, a sólo diez cuadras del MET y enfrente al Central Park está la antigua residencia del industrialista Henry Clay Frick, ahora devenido en museo. Frick donó su mansión con todos los artículos de arte, muebles y objetos decorativos que esta contenía, después de su muerte en 1919. La Colección Frick, actualmente, es uno de los museos más visitados de la ciudad de Nueva York.
Un placer como el de apreciar las colaboraciones entre Pablo Picasso y Braque en pos de crear uno de los movimientos de arte más importantes del siglo pasado y que marcaron el comienzo de la modernidad antes estaba al alcance de unos pocos amigos y familiares de Lauder. Ahora no es así.
Mientras me paseaba por las salas del MET y disfrutaba La aldea y Composición (El tipógrafo) de Léger  pensaba yo que perfectamente podría ser uno de esos invitados selectos de Lauder años atrás.



 Teodelina Basavilbaso.
(Buenos Aires, 1987) Es periodista. Desarrolló su carrera trabajando para el diario argentino La Nación. Actualmente reside en la ciudad de Nueva York y estudia Traducción. Además colabora con diarios y revistas latinoamericanas con artículos e investigaciones sobre cuestiones de interés general y el mundo del arte. Salida de emergencia es su blog personal y en Twitter la encontrás como @TeodelinaB.
info@pensamientosliterarios.com

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