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Isabel Allende.

Vida, obra y "pensamientos literarios".


Es una escritora chilena, miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras desde 2004. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura de su país en 2010.
Autora de superventas, la tirada total de sus libros alcanza 65 millones de ejemplares y sus obras han sido traducidas a 35 idiomas. Es considerada la escritora viva de lengua española más leída del mundo.
Biografía.

Familia y estudios.

Hija del diplomático Tomás Allende Pesse —primo hermano de Salvador Allende, presidente de Chile entre 1970-1973 (en algunas publicaciones se les cita erróneamente como hermanos)— y de Francisca Llona Barros, nació en Lima mientras su padre se desempeñaba como secretario de la embajada de Chile en Perú y es la mayor de los tres hijos del matrimonio (sus hermanos menores son Juan y Francisco). Isabel Allende es de ascendencia vasca por parte paterna y de ascendencia portuguesa, vasca y castellana por parte materna. Sus padres se separaron en 1945, y su madre retornó con Isabel y sus dos hermanos a Chile, donde vivió desde 1946 hasta 1953.
Entre 1953 y 1958, su familia residió en Bolivia —donde asistió a una escuela estadounidense en La Paz— y en Líbano, donde estudió en un colegio privado inglés.

Matrimonios e hijos.

Retornó a Chile en 1959 y se reencontró con Miguel Frías, con quien contrajo matrimonio cuatro años más tarde. La pareja tuvo dos hijos: Paula (1963) y Nicolás (1967), ambos nacidos en Santiago.
A raíz del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 contra Salvador Allende y del advenimiento de la dictadura, abandonó Chile dos años más tarde y se exilió en Venezuela, donde vivió hasta 1988.
Los viajes constantes que emprendió promocionando sus libros hicieron que su matrimonio con Frías llegara a término. Divorciada de su marido, se casó con el abogado Willie Gordon el 7 de julio de 1988 en San Francisco, del que se separó 27 años después, en 2015. Desde 1988 vive en Estados Unidos y en 2003 obtuvo la ciudadanía de ese país.

Vida pública.

Desde 1959 hasta 1965, trabajó en la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Santiago de Chile. Durante los años siguientes, pasó largas temporadas en Europa, residiendo especialmente en Bruselas y Suiza.
A partir de 1967, tomó parte en la redacción de la revista Paula, al tiempo que publicó una gran cantidad de artículos sobre diversos temas. Posteriormente, realizó colaboraciones para la revista infantil Mampato, de la que fue directora suplente entre 1973 y 1974, y publicó dos cuentos para niños (La abuela Panchita y Lauchas y lauchones, ratas y ratones) y una colección de artículos titulada Civilice a su troglodita; además, trabajó en dos canales de televisión chilenos.
A principios de los años 1970 incursionó en la dramaturgia. Su obra de teatro El embajador se estrenó en 1971 y en 1973, La balada del medio pelo y Yo soy la Tránsito Soto. Finalmente, poco antes de abandonar el país, se estrenó Los siete espejos.
En 1975 se exilió con su familia en Venezuela, donde permaneció trece años. Allí trabajó en el diario El Nacional de Caracas y en una escuela secundaria hasta 1982, cuando publicó La casa de los espíritus. Esta primera novela suya, y la más conocida, nació de una carta que había comenzado a escribirle a su abuelo en 1981, cuando este tenía 99 años y estaba a las puertas de la muerte. Más tarde, fue adaptada tanto al cine con el mismo título por Bille August como al teatro. La segunda novela, De amor y de sombra (1984) se convirtió también en otro gran éxito y fue llevada asimismo a la pantalla grande en 1994 por la cineasta venezolana Betty Kaplan. En ambas novelas aborda el tema de la dictadura.
En 1988, viajó a Chile para votar en el plebiscito de octubre, que perdió Pinochet y que condujo, al año siguiente, a elecciones que ganó la oposición, agrupada en la Concertación. En 1990, con el retorno de la democracia en Chile, fue distinguida con la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral por el presidente Patricio Aylwin.
Su hija Paula murió en 1992, a los 28 años de edad, a causa de una porfiria que la dejó en coma en una clínica de Madrid. La dolorosa experiencia la impulsó a escribir Paula, libro autobiográfico epistolar publicado en 1994 donde relata cómo fueron su niñez y juventud hasta llegar a la época del exilio. Dos años después, fundó The Isabel Allende Foundation, en homenaje a su hija, quien había trabajado de voluntaria en comunidades marginales (en Venezuela y España) como educadora y psicóloga.
Desde 1988 ha residido en San Rafael (California) —obtuvo la ciudadanía estadounidense en 2003—, pero ha trabajado normalmente en una casa de Sausalito, unos kilómetros más al sur, donde ha escrito muchas de sus novelas. Ha sido distinguida en la Academia de Artes y Letras de Estados Unidos y su lema es «Dejen volar su imaginación y escriban lo necesario». En mayo de 2007, se le hizo entrega del doctor honoris causa por la Universidad de Trento (Italia) en «lingue e letteratture moderne euroamericane».
En septiembre de 2010, fue distinguida con el Premio Nacional de Literatura de Chile por «la excelencia y aporte de su obra a la literatura, la que ha concitado atención en Chile y en el extranjero, y también ha sido reconocida por múltiples distinciones y ha revalorizado el papel del lector». La votación, como era de esperar por la polémica que le había precedido, no fue unánime (tres votos contra dos). Isabel Allende se convirtió en la cuarta mujer en recibir este galardón, antecedida por Gabriela Mistral (1951),Marta Brunet (1961) y Marcela Paz (1982).
Al año siguiente, recibió el Premio Hans Christian Andersen de Literatura por sus cualidades como narradora mágica y su talento para «hechizar» al público, sucediendo a otra mujer, la británica J.K. Rowling, que ganó la primera edición de este galardón que desde 2010 se entrega en Odense, ciudad natal del famoso escritor danés.
Estilo y temas.
En el plano literario, ella confiesa que cuando comienza a escribir ella genera un lugar, una época y los personajes y la historia se van dando por sí solos, es decir, no tiene un plan inicial con todas las acciones. Varios de sus libros han nacido de cartas o reflexiones personales. Ejemplos de esto son La casa de los espíritus y Paula, que escribió como un homenaje a su hija. Aunque muchos estudiosos catalogan la obra en el género autobiográfico, ella misma indica que es más como una «memoria», porque no es una biografía propiamente dicha sino una colección de recuerdos más cercana a la ficción que a la realidad, aunque esta última la inspiró.
El humor es parte integral de sus escritos, ya sean periodísticos u obras literarias. Confiesa que se acostumbró a escribir de esta manera cuando era periodista y ahora, gracias a eso, puede ver la historia «detrás» de cada asunto, una visión alternativa.
La ciudad de las bestias es su intento de llegar al público lector joven. Decidió escribirlo después de dos libros con bastante investigación histórica; este nuevo libro le daría un descanso y en él podría plasmar su imaginación de una manera más libre, ya que la ficción histórica siempre requiere mucho cuidado para atenerse a los hechos sucedidos.
Cuando era periodista los demás eran su cuento; ella se sentía con derecho a tocar el timbre de una casa, meterse dentro y hacer preguntas o detener a un desconocido a media calle e interrogarlo acerca de cosas personales (pensamientos).
Además de obras de carácter autobiográfico, ha escrito novelas históricas, como Inés del alma mía —basada en la vida de Inés de Suárez, la primera española en llegar a Chile— o La isla bajo el mar, que narra la vida de una esclava llamada Zarité en Saint Domingue, hoy Haití de finales del siglo XVIII.
Su obra ha sido clasificada en el movimiento literario conocido como posboom, aunque algunos estudiosos prefieren el término novísima literatura. Este movimiento se caracteriza por la vuelta al realismo, una prosa más sencilla de leer pues se pierde la preocupación por crear nuevas formas de escribir (meta-literatura), el énfasis en la historia, la cultura local, entre otros.
En 2012 decidió incursionar en el terreno de la novela policial —género que desde 2006 cultiva su exmarido, William C. Gordon— y escribió El juego de Ripper, que entregó en diciembre de ese año a su agente Carmen Balcells; salió publicado a principios de 2014. Según cuenta Allende, fue Balcells quien le propuso escribir una policiaca con Gordon, pero no resultó: «Fue imposible. Tenemos diferentes maneras de trabajar, pero yo me quedé con la historia», ha explicado la autora, quien aseguró que su marido le «ayudó con la estructura del libro».
Crítica.
Si bien sus éxitos en ventas son arrolladores, hay críticos y escritores que han sido implacables con ella, considerándola escritora de subliteratura o meramente literatura comercial o, en el mejor de los casos, como una copia menor de Gabriel García Márquez. El estadounidense Harold Bloom sentenció que «Isabel Allende es una muy mala escritora y sólo refleja un periodo determinado». La mexicana Elena Poniatowska la colocó en el mismo saco con Ángeles Mastretta y Laura Esquivel y dijo que las tres «entran en la literatura como fenómenos comerciales y hacen literatura femenina». La argentina Angélica Gorodischer señaló que las novelas de Allende solo alimentan estereotipos femeninos caducos, pero no aportan nada a nivel de literatura ni de género. Finalmente, su compatriota Roberto Bolaño dijo: «Me parece una mala escritora, simple y llanamente, y llamarla escritora es darle cancha. Ni siquiera creo que Isabel Allende sea una escritora, es una "escribidora"».
Sobra la paradoja entre su éxito y las opiniones de muchos escritores y expertos, Camilo Marks escribió en 2011: «Básicamente, hay dos maneras de leer a Isabel Allende. La primera consiste en escudriñar los defectos de sus libros, exponerlos con lujo de detalles y enviarla a los quintos infiernos con una inapelable, satisfecha, fundada sentencia condenatoria. La segunda, parte de la premisa de que es legítimo pasar un buen rato leyendo sus narraciones, puesto que son entretenidas, no cuesta dejarse atrapar por ellas y poseen méritos que atraen al público masivo o a lectores más exigentes. Entre ambos extremos se ve difícil encontrar un término medio: hay quienes siempre la odiarán, en tanto otros se fascinarán ante cada nuevo título suyo».
Pensamientos Literarios.
  1. Sobre la mujer. Sobre el hombre.
  2. Es más importante el andar que el llegar.
  3. Sobre la guerra.
  4. Sobre la infancia.
  5. Sobre el que busca la verdad.
  6. Sobre el afecto.
  7. Sobre el cambio en uno mismo.
  8. Sobre la exteriorización del dolor.

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